miércoles, 22 de agosto de 2012

“Ponernos en modo solución”


Tengo la suerte de haber empezado a trabajar como coach personal desde hace pocos meses y cada día aprendo más junto a mis coachees de lo increíble de la experiencia humana, y de lo sencillo que en ocasiones es cambiar nuestro estado de ánimo, nuestros pensamientos, incluso nuestras emociones, simplemente desde el interior.
A lo largo de nuestra vida tod@s tenemos circunstancias o problemas que nos hacen caer en el pesimismo, en la tristeza, en la melancolía. Sinceramente, no hace pocos días que por mis pómulos cayeron algunas lágrimas al sentir que perdía algo que valoraba y creer que no había solución…

Llamémosle por su nombre (Pablo el melancólico). Si, he sufrido y me he sentido víctima de mis circunstancias, pero no puedo negar que el sufrimiento es inherente a la existencia, al igual que la alegría (ese juego de luces y sombras que llena nuestra vida). Pero irónicamente hasta tiene algo de positivo el sufrimiento, ya que te permite reconocer a aquellas personas que realmente están ahí cuando las necesitas, ayudando a sacar tu mejor versión, levantando tu ánimo para que vuelvas a dar valor a aquellas pequeñas cosas que cuando estabas bien disfrutabas sin pensar en ellas.
Escuchar, aprender, experimentar, compartir y crecer junto a mis coachees (personas como yo que cada día intentan ser su mejor versión a través del desarrollo personal) me hace recordar lo importante de nuestra actitud a la hora de afrontar la vida, y de cómo el desde donde actuamos influye en nuestras emociones, pensamientos y sentimientos de una forma tan decisiva como simple.
Mi simple consejo es que te pongas en modo solución… Verás como ese hecho hace que cambie tu postura, tu mirada, tu respiración y tus pensamientos, y por último tus acciones, aquellas que cambiarán objetivamente tus circunstancias… Bajemos de la nube de las creencias y seamos pragmáticos, los hechos que hacemos son los que cambian las cosas, incluso las más complicadas.
Hoy, ahora, ya estés rodeado de pequeños fantasmas, o en lo más profundo de la caverna temblando de miedo y con la lágrimas en los ojos, haz el esfuerzo de SER creativo, cambia de perspectiva y pon el foco en la solución.
Si eres capaz de imaginar la luz al final del túnel, aunque este sea más corto o más largo en el tiempo, o incluso aunque no la veas hoy, cada paso que des te acercará donde realmente quieres llegar. Quizás te sorprendas por el camino de que esa luz (solución) incluso en la distancia te dará fuerzas para caminar cada día con mayor decisión. Si hoy tienes que dar un paso, aunque sea pequeño, que sea en la dirección hacia la salida, y si no encuentras o eres incapaz de ver el problema desde otra perspectiva para enfocarte en la solución, sal de tu soledad, comparte tus problemas y miedos con algún ser querido; y escucha el simple consejo de alguien que valoras y te valora.

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