domingo, 7 de agosto de 2011

Aprendiendo de los demás, pero siendo nuestro propio maestro…




Tanto relax y disfrute que se me ha pasado el tiempo sin volver a escribiros. Y es que la mejor forma de dar ejemplo es ser coherentes y hacer lo que aconsejamos a otros, nosotros mismos. Así que espero que esta pausa en la redacción de mi blog, no sea otra cosa sino la confirmación de que en ocasiones es necesario parar y relajarnos, incluso para dejar de hacer aquellas cosas que nos gustan.





El verano y las vacaciones es un momento especialmente útil para desconectar y disfrutar… Dejando las preocupaciones y obligaciones rutinarias a un lado pudiendo así sumergirnos en el momento presente (en un contante fluir) y hacer lo que surja y nos apetezca en cada momento ¡¡¡Que sensación de libertad!!!

Dios sabe que en mis breves vacaciones en Helsinki, he desconectado y recuperado las pilas. He disfrutado de nuevo como un niño de innumerables situaciones algunas de ellas sub-realistas, y la vida me ha devuelto como por arte de magia, todo lo que me hace sentirme bien… Diversión, Motivación, Alegría, Tranquilidad, Confianza y Sabiduría…

Lo que aprende uno estando de vacaciones sobretodo de uno mismo y de sus intereses en la vida; siendo conscientes de lo que nos hace sentirnos bien y mal, de lo que nos hace esforzarnos y mejorarnos, o descubrir las “teclas” que encienden nuestro motor interior y la pasión por hacer cosas…

Además de centrarnos en re-conocernos, y “buscar hacia dentro” en un periodo de descanso como son las vacaciones, también es bueno prestar atención hacia fuera; a lo que saben los demás, abrirnos sin miedos a escuchar lo que nos dicen, para desde la tranquilidad que nos permiten las vacaciones (estar libres del tiempo y sus obligaciones), utilizar nuestro juicio interno para sacar el máximo jugo a lo que nos trasmiten desde su experiencia las gentes que encontramos en nuestro día a día.

Durante estos días, además de aprender al escuchar con esmero la vida y circunstancias de cantidad de amigos, es podido disfrutar de una lectura inspiradora, Siddharta de Hermann Hesse.

Este libro coincidiendo con mi forma de ver la vida, no ha hecho sino alentar mis ganas de ser mi propio maestro, de vivir mi vida abierto a explorar las puertas y caminos que los demás me abren al coincidir con ellos, al convivir o al cruzarnos en nuestros caminos, incluso me postro ante ciertas puertas, aquellas a las que tengo más miedo o ante las que soy más escéptico, sabiendo que soy yo finalmente el que tomo mis decisiones, que puedo equivocarme (no pasa nada) y dar marcha atrás, para seguir desde mi experiencia y no solamente creyendo lo que me cuentan otros, mi propio camino… mi día a día…

Hoy simplemente quería compartir con vosotros algunas reflexiones que me planteó el libro:

-       ¿Que quedaría de nosotros, sin anhelos, ni deseos, aniquilando el Yo o nuestro ego?

-       ¿La vida es sufrimiento o por el contrario la búsqueda continua de la felicidad, superando anhelos materiales e inmateriales?

-       ¿El mundo es una cadena eterna compuesta por causas y efectos, o un caos lleno de coincidencia?

-        Si las doctrinas o normas de otros (religiones, gurus, maestros, amigos) nos ayudan o nos desfavorecen en ese estado de bienestar, que sentimos en nuestro día a día… Y si estamos dispuestos a renunciar a nuestra propia voluntad por seguir el camino que otros nos marcan para llegar a la felicidad prometida, ya sea por un buda, un maestro, un cura, un amigo o un simple desconocido; o si somos lo suficientemente responsables y voluntariosos para crear nuestra propia verdad


Según mi experiencia no encontraremos mayor maestros en nuestra vida que nosotros mismos. Hay gente que sabe muchísimo y cuyos conocimientos y experiencias son increíbles ricas, pero ni ellos, ni en sus palabras, ni en sus doctrinas podrán trasmitirnos la sabiduría que ellos llevan dentro, aquella que sólo se adquiere desde la propia experiencia de las cosas.  Porque incluso la misma cosa, al ser individuos distintos, la viviremos de forma diferente.

Como dice Siddharta: La sabiduría no es comunicable. La sabiduría que un sabio intenta comunica a otros suena siempre a locura…

Quizá mi mayor transformación, mi despertar espiritual a los 29 años (por coincidir más todavía con el personaje de este maravilloso libro) tras ciertas experiencias difíciles de explicar en palabras sin sonar a locura, me confundió  y con ello asustó a mis familiares, amigos y conocidos, a aquellos que debido a una gran confianza y sinceridad mutua, les hice saber mis experiencias y mis nuevos anhelos, mi nueva forma de ver y entender la vida. 

Tras un largo tiempo de sedimentación de este conocimiento, un periodo marcado por la instabilidad de creencias, de objetivos, de múltiples maestros; mis últimas vacaciones en Finlandia me han permitido darme cuenta que todo lo importante que necesito aprender está dentro de mí, y por extensión dentro de cada uno de vosotros, y desde esa nueva perspectiva; desde la del maestro interior me abro sin miedo al mundo… 

Sabiendo que continuaré caminando, que me equivocaré, que perderé el equilibrio, pero con la confianza y la fé (basada en la experiencia propia) y no en las creencias de que hay algo transcendental y misterioso en este mundo y que quiero descubrirlo, y a poder ser compartirlo con vosotros.

Para finalizar hoy me gustaría enfatizar la importancia de esas personas que tenemos cerca de nosotros, las que podemos considerar nuestros/as compañeros, amigos o maestros, aquellos que nos sitúan ante ciertas puertas en la vida que solamente nosotros podemos abrir y explorar…

Además si tenemos suerte, estas personas estarán cerca de nosotros para darnos consejos, apoyo o seguridad al explorar algo en esta vida que desconocemos y superar nuestros miedos a lo desconocido tanto en las cosas materiales como las inmateriales… Un cambio de trabajo, en tu relación de pareja, de creencias existenciales o de objetivos en la vida, suelen darnos miedos pero la suerte es tener gente cercana para compartir lo bueno y lo malo de la vida…  Gracias por estar ahí, Maestros!!!

Espero cruzarme con vosotros (los desconocidos lectores de otras partes del mundo) algún día y si veis en mi esa sonrisa, la de máscara del fluir de las formas, de la simultaneidad de los millares de nacimientos y de muertes, la sonrisa de la simplicidad y la bondad, de la tranquilidad y la sabiduría acompañarme en mi camino y disfrutémoslo juntos, si no es así preguntarme ¿Pablo, que te pasa? y así me ayudaréis a caminar de nuevo por el camino correcto… El de la liberación del sufrimiento!!!

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